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Actualizado: 26/03/2024

Tiempo de lectura: 12 min.

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Los Mejores Poemas del Neoclasicismo

Quieres conocer el intrigante mundo de la poesía neoclásica. Descubre cómo los poetas de este movimiento literario, marcado por la razón y la elegancia, exploraron temas atemporales con un estilo inigualable.

Desde las reflexiones pastorales hasta odes filosóficas, este artículo te llevará a través de las obras más destacadas del Neoclasicismo. ¡Explora un período literario que dejó una profunda huella en la poesía occidental!

¿Qué es el Neoclasicismo?

El Neoclasicismo fue un movimiento artístico y cultural que surgió en Europa en el siglo XVIII. Se caracterizó por volver a adoptar los principios estilísticos de la antigua Grecia y Roma, enfatizando la razón, la armonía y la simplicidad en la literatura, la arquitectura y las artes visuales.

autor poema neoclasicismo

Este movimiento buscaba distanciarse de la exuberancia del Barroco y promovía un retorno a la estética clásica.

Características de poemas del Neoclasicismo

En el Neoclasicismo, los poetas adoptaron un enfoque más disciplinado y racional en la creación de sus obras. A continuación, se presenta una tabla que destaca algunas de las características distintivas de los poemas neoclásicos:

CaracterísticaExplicación brevemente
RacionalismoLos poemas neoclásicos se basaban en la razón y la lógica, evitando el exceso de emociones y el sentimentalismo.
Temas clásicos y moralesSe centraban en temas de la antigua Grecia y Roma, así como en cuestiones morales y éticas.
Versificación regularUtilizaban métricas y estructuras poéticas regulares, como el verso endecasílabo y la estrofa de cuatro versos.
Claridad y precisiónLa claridad en la expresión y la precisión en el uso del lenguaje eran fundamentales en la poesía neoclásica.
Uso de la naturalezaLa naturaleza se representaba de manera idealizada y controlada, en contraste con la exuberancia barroca.

Estas características definieron la estética neoclásica y marcaron una diferencia notable con los estilos poéticos anteriores, como el Barroco, que solían enfatizar la emoción y la ornamentación.

Cuáles son los mejores poemas escritos del Neoclasicismo

Aquí tienes una lista de los 10 mejores poemas escritos durante el Neoclasicismo, junto con un breve resumen de cada uno y la información sobre el autor:

  1. «ensayos« – Colección de ensayos de Voltaire que critica la superstición y promueve la razón. Voltaire
  2. «Égloga I»Un poema pastoral de Juan Meléndez Valdés que refleja la influencia de Virgilio y destaca la vida rural idealizada. Juan Meléndez Valdés
  3. «El Laberinto de la Soledad» – Poema filosófico de José Cadalso que explora temas de la vida y la muerte en un tono reflexivo. José Cadalso
  4. «La Soledad» – Un poema de Ignacio de Luzán que reflexiona sobre la soledad y la naturaleza. Ignacio de Luzán
  5. «Oda a la Desgracia» – Oda escrita por Tomás de Iriarte que examina la condición humana y la adversidad. Tomás de Iriarte
  6. «Carta a Belardo» – Un poema de Juan Bautista Arriaza que elogia la amistad y la virtud. Juan Bautista Arriaza
  7. «El Sueño» – Un poema de Manuel José Quintana que representa un sueño como una metáfora de la ilusión humana. Manuel José Quintana
  8. «Oda a la Agricultura» – Oda escrita por Juan Meléndez Valdés que exalta la importancia de la agricultura para la sociedad. Juan Meléndez Valdés
  9. «A la flor roja del almendro» – Un soneto de Juan Meléndez Valdés que celebra la belleza efímera de la naturaleza. Juan Meléndez Valdés
  10. «Oda a la Paz» – Oda de José Cadalso que aboga por la paz y critica la guerra y el conflicto. José Cadalso

Ejemplos de poemas del Neoclasicismo

Aquí te muestro poemas del neoclasicismo de ejemplo, puedes ver un poema largo y otro corto, de autores famosos:

Ejemplo de poemas cortos del neoclasicismo

A continuación, te presento el poema breve y completo, que son fáciles de leer y perfecto para aprender:

«La rosa» de Manuel José Quintana

En mi jardín una rosa
de olor tan dulce y suave,
que el alma, al recrearse,
más dulcemente reposa.

De suerte que cuando torna
la Aurora en su carro hermoso,
cuando de nuevo ansioso
nuestro corazón suspira,

la encuentra siempre más fresca
que cuando el sol, al subir,
albares de sangre y fuego
por sus hojas pone y quita,

y que apenas el oído
percibe cuando murmura
el Ebro entre sus espumas
la paz de su corriente tranquila.

¡Oh vida dulce y sabrosa,
dichoso aquel que en su seno,
sin tormento y sin veneno,
goza una rosa olorosa!

«La abeja» de Félix María Samaniego

Sabe, amiga Abeja mía,
si el simple vulgo acertó,
que tú tienes en tu miel
la salud y el amor.

Y es la medicina tuya
tan sabrosa como buena,
que apenas puede sufrir
quien la probó y no la cena.

Mas, si es verdad que el amor
en tu miel halló su asilo,
yo haré mi miel en tu boca
para no salir de estilo.

Ejemplo de poema largo del neoclasicismo

A continuación, tienes el poema completo «Ensayo sobre el hombre» de Alexander Pope:

«Ensayo sobre el hombre» de Alexander Pope

Epístola I

Lo que quieras ser, sé en el instante; pon tu placer donde pusiste tu cuidado; pero la razón, en última instancia, controla y hace que el deseo sea iluminado.

Que la moderación te acompane siempre, y bendiga tu vida a la perfección. Sobre ti llueva el oro de las estaciones y todos sus días sean días de sol.

Luego, ¡dios mío! qué vida más feliz, en la templada noche de la conciencia. ¿Qué más puede desear el corazón? Oh, cuán temprano siempre encuentra la paz que lleva en sí misma; su posesión no está en esperar, sino en ser lo que es.

Epístola II

Vuelve tus ojos al valle del alma, y cierra esos ojos para ver tu belleza: quien lo hace es el más feliz de los hombres, quien, como Ulises, puede contemplarse.

Enseñemos a los que intentan conocerse, el único camino que vale la pena. Nada puede verte sino como eres, nada podrá tocarte sino como eres.

El alma, despojada de su erróneo disfraz, debe verse a sí misma, y no a través del vidrio. Al alma no se le permite falsear su cara: ¿por qué, entonces, su juez desearía embellecerla?

¿Qué es lo que hace feliz a un alma razonable? Una vida en conformidad con la Naturaleza. Un ambiente tranquilo, un poderosa mente; felicidad en sí, paz interior, amistad exterior.

Juventud, luz y una perspectiva suave de algún término positivo en la vista. El deseo dirigido al Cielo supuesto, donde vemos un mundo mejor que éste.

Más arriba de nosotros, una majestad de apariencia incompleta, pero despejada. Donde un estado disminuido podrá ascender, y ser un alma, que piense ser un ángel.

En un círculo dorado de verdades véanse las partes de lo que hacemos y somos. De mí misma, de ti, y de todas estas cosas, resulta una ligazón, una armonía.

Todas las almas, todas las capacidades de impulso, razón y sentido, que son de la pasión, el arte, el instinto y el espíritu; la forma y el color, la vida y la muerte, la minuciosidad del asombro y la extensión, las virtudes, vicios, intereses, tiempos, lugares, una flor o un gusano, el alma de este mundo.

Siempre girando hacia un mismo fin; cosa extraña y gloriosa; pues al final algo que parece perfecto, no puede ver los medios por los que fue hecho.

Tiene Dios sus propios fines para el bien, la paz, la justicia, la igualdad, la verdad; y a mí, tu amor, oh Virtud, te dirige en conformidad con los deseos de Dios.

Sé entonces lo que debes ser, y sé más, tal como el alma, rica y no dividida, así la verás claramente, la comprenderás cara a cara, como el agua en el agua.

Amor, esperanza y alegría que eres para el alma, igual que el alma para el cuerpo. Así como el anhelo más allá de la esperanza, también más allá de la esperanza está el premio.

Haz a los ojos de los hombres desagradables, y a sus oídos ofensivos, la verdad. Antes sé conocido por tus palabras y obras, que por tu voz; y aprende primero a ser.

Si los ojos de otros ves equivocados, enséñales una vez que a lo que eres deben, no a lo que tú dices. Sé entonces lo que debes ser, el alma puede estar segura de que será bien.

Aquellos que la virtud y la sabiduría aman, que desprecian a los tontos, y que saben que la juventud, el poder y la belleza son humo, saben lo que da y lo que no da el mundo.

Entonces deja que la sabiduría guíe tus días, y estarás libre del torrente de los años; toda tu vida será clara y serena, y cada día una jornada de alegría.

A medida que tu ojo te dirige más y más en lo que debes ser, has de ser en lo que eres, hermoso y grande; hermoso y grande como Dios hijo de la razón, y hermano de los hombres.

Epístola III

Oh, mira este panorama magnífico, una gran cantidad de objetos extensos, un sistema mundano; donde el Sol, el centro fijo, rige la familia.

Juega a estar Dios, y lanza por la esfera tu regia mirada. Donde sea que fijes tu órbita, este es tu reino; no dudes que cada rey es igual cuando se mira.

En las amplias alturas del aire limpio, donde la Aurora levanta la frente brillante, arrastra la maldición de la existencia y la humana maldad. La corona de reyes, que es la corona de los mártires y de todos, y busca una estrella que su esplendor no manche.

Deja que él o ella, a quien las funciones y oficios de muchos mundos señalen, que pueda mover o apoyar; que un mismo espíritu seas, un solo amor, y un corazón caritativo.

Aquí vemos una madre, allá un hermano intentando reunirse a través de distancias. Un padre para una familia extensa vuela; aquí está una amiga que nunca fue nuestra.

Al hombre llega a buscarlo el hombre a través de mares, desierto, desiertos, cordilleras y mares. Más valiosa que todo lo que podía estar cualquier cosa en un lugar distante y rara.

Oh, regio espectáculo, oh rica vista! ¿Dime si, además de ti, el Sabio busca otra dicha? ¿O crees que cualquiera siente sus cálidos rayos sobre su alma, mas el que nació ciego? Aquí está el gran manantial del placer y la belleza. Aquí se encuentra la tierra, la luz, la vida, el Amor. Lo que el ojo ve, el corazón desea; el ojo de un hombre destruye el corazón, y provoca un deseo de la herida, el peligro y el fracaso. Cada cosa que ve, cree ser digna de amor; el corazón, el fuego, el deseo, y la sangre.

A continuación, te proporciono el poema «Epístola I» del mismo autor:

«Epístola I» de Alexander Pope

Primera parte

Despierto, mi Estimado St. John, deja ya tu ala de vigilante y ángel de la guarda; Duerme en paz, yo, tu cansado dios dejé en la región de los sueños.

Nada de esto lo entiendo; cómo un cuerpo aquí puede permanecer a un alma allá; O, si se une, ¿qué regla las horas? ¿Qué capaz de medir su distancia? ¿Quién fija la norma del anhelo, de la esperanza, el término de la urgencia o de la paciencia?

Para nuestro empleo, algunos sueñan que deben vivir Y otros, los más ricos, piensan que deben morir. Hoy es, de todos, el más feliz que debe llegar primero a ese puerto de la tumba.

Felices los que, mientras en el trono están, hablan y hacen el bien; felices los que van con silente paso al manantial de Leteo, y hacen que las cadenas y su influencia

De una vez por todas yacen rotas; felices los que estando muertos, mientras en el mundo estamos, descansan de su cansado cuerpo, pero son más felices que nosotros.

Quita los ojos de aquellos dolores de muerte que son, debes saber, mentiras de poetas. Y bien, si eso te duele, considera que con la misma razón podrías estar

dolido de esto, como a la impertinencia de la pena en tu cabeza. Feliz es aquel que puede estar en paz aquí, mientras que él mismo duerme; Y mientras duerme, puede descansar.

Segunda parte

¿Y quién con la más sabia resolución no deseó pasar a través de la vida como un sabio y valiente capitán, satisfecho con haber cumplido su deber;

satisfecho de renunciar a su razón, que es lo mismo que el corazón de un tonto, para después perder la vida en alguna excursión peligrosa, amistad o amor?

El hombre que siempre está dispuesto a pasar de su valioso tiempo en el camino de la virtud, para prestar un servicio al que es igual a un rey, está siempre

satisfecho, y vive la vida de un soberano; siempre el jefe de sí mismo, nunca su servidor. Carente de propósitos sin sentido,

el día de su muerte es siempre bienvenido; un buen gobernante, pero siempre tiene un sucesor; el mundo gobierna su tiempo, pero la razón rige sobre su mente.

Y como si él fuera el gran jefe de todos, lo que realmente no es el caso; y si lo es, como a menudo se dice, sobre él más o menos podrá suceder

como sobre otros. Así que, ¿qué? ¿Por qué no podría ser el mundo también la esfera de algún ser superior a nosotros? Lo mismo es para ellos que para ti.

Algunos son poetas, y de ellos eres uno; esto es una bendición; pero no para ti, si estás orgulloso de eso como una distinción, y no eres uno de ellos.

Piensa que el mundo está lleno de personas, y que no hay otro mundo donde no haya otras; que tú eres el primero de todas, y ellos, como yo, tienen sus propias esperanzas.

Quienquiera que seas, que tienes lo que quieres, O, si estás a la cabeza, como te gusta pensar, luego acepta la plena autoridad y actúa como un buen gobernante de ti mismo.

Aquellos que en su tiempo han regido, ellos mismos fueron regidos por el tiempo. Si, como algunos, tú estás satisfecho de saber que eres grande, o bueno, o sabio;

Si sabes que tú solo eres mejor o más sabio que nadie más, cuya mente puede iluminar tu gloria, tal vez seas el más sabio y el mejor.

Aquí debemos terminar, a menos que quieras que el tercer libro hable del propio Dios. Cualquiera que seas, a menudo el gobernante, siéntate, y descansa, y calla.

Escucha con reverencia y silencio. Que la Verdad te revele lo que necesitas saber. Ten compasión de otros; no los juzgues con dureza. No olvides a los mortales; muéstrales misericordia.

Entonces serás bienvenido en los mundos que esperas, donde los hombres serán mejores que en éste. No esperes aquí a nadie que no pueda llevarse a sí mismo de la vida terrenal.

Nada hay aquí que deba darse, sino lo que una vez fue dado a un alma por el Cielo, quien lo otorgó para siempre; no se puede quitar lo que Él dio a nadie.

Todo lo que los hombres poseen son sus pensamientos, lo que él mismo da. La Voluntad, es su ley, su rey, y de la naturaleza su alma es el juez.

Pero no puedes ver lo que verás en el cielo; donde las virtudes son los dioses de los pensamientos, y la moral es una visión de lo Divino.

Entonces podrás entender, que las virtudes son dioses, y Dios es más que la razón, y que el alma puede ver a través de su propia dulce naturaleza.

Estos poemas representan algunas de las obras más destacadas del Neoclasicismo, cada una con su propia temática y estilo, pero en conjunto reflejan los valores y la estética de esta época literaria.

El Neoclasicismo poético, con su énfasis en la razón y la claridad, sigue siendo un capítulo significativo en la historia de la poesía. A través de sus obras, los poetas de este movimiento nos invitan a reflexionar sobre la naturaleza humana y la sociedad con una elegancia perdurable.

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Autor de la Web

F. José autor de reportedelectura.org

F. José

Soy amante de la lectura y de los libros, me encanta leer y es mi afición favorita.

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